Siempre que empezamos cualquier cosa, nos enseñan las bases. Después de las bases, de dominarlas por completo, de entender las reglas como son, podemos romperlas, hacer los ajustes necesarios para nuestras necesidades y objetivos.
Aún inclusive después de practicar por un tiempo considerable nuestra disciplina es bueno regresar a fortalecer nuestras bases, nuestros principios de movimiento. Esto es en demasía benéfico ya que al tener tiempo de practicar sabemos más objetivos, más metas, y más detalles hacia donde llevar nuestros movimientos. Afinar estos detalles son indispensables para realmente ser un maestro en lo nuestro, no tanto un profesor, sino simplemente dominar al cien.
Cuando estamos haciendo nuestro entrenamiento de Pilates, podemos regresar a los fundamentos, tener siempre en cuenta que lo que queremos hacer es fortalecer nuestro Powerhouse conformado por el transverso abdominal, piso pélvico, diafragma y psoas mayor.
Para poder fortalecer el Powerhouse, no necesitamos de movimientos grandes, pequeños movimientos y precisos. Una de las mejores formas para regresar a las bases es experimentar los movimientos en imprint en vez de hacerlo en pelvis neutra, ejecutar los ejercicios con props para facilitar nuestro trabajo, flexionar rodillas en vez de estirarlas en los ejercicios, revisar la estabilidad en ambas cinturas (pélvica y escapular). Intenta hacer lo más sencillo, poniendo atención a las nuevas sensaciones que se generan al conocer más tu cuerpo.
Recuerda, que el trabajo en Pilates es más precisión que vistosidad; es más de conciencia, siéntete, explora tu cuerpo, vívete a ti mismo. Y sé sincero con tu avance.
Referencias:
www.pilatesstyle.comArtículo "Master Class" escrito por Rebecca Leone
¡Venga! Ser sincero con uno mismo y con su proceso, regresar a las bases para tomar centro, inspirarse... Gracias Gustavo por presentar al Método Pilates como un medio para regresar a uno mismo...
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